Su perfeccionismo desmedido le salvó la vida, lamentablemente.
Había dejado todo preparado. Las calas con agua limpia. El florero seco. La mesa con el mantel estirado, y no cualquier mantel, ese blanco que ocupaban en la casa sólo para las ocasiones realmente especiales, como navidad y año nuevo. La ventana abierta, para que entrara ese otoñal viento tibio, típico de la estación que avisa tímidamente que el calor se va. Las sillas bien puestas. Los sillones con los cojines inflados. La luz que se cuela por entre las cortinas y que se posaba cómoda sobre la cerámica blanco/lila recién trapeada. La cocina reluciente. El aroma a lavanda del desodorante ambiental. El repiqueteo del reloj del living, que marca las cuatro con veinte minutos.
- Me quedan cuarenta minutos.- murmura tomando el lápiz tinta que le había regalado su mejor amiga, y comienza a escribir. Pretende llorar. Pretende sufrir. Se regocija al ver que cada letra le sale más hermosa de lo que él espera.
Rompe el papel de la croquera, lo recorta, lo dobla, lo guarda en un sobre rectangular que pulcramente es dejado sobre el florero de la mesa. "Mamá", reza la portada.
Entra al baño, desnudo, se mira al espejo por la que pretende ser, la última vez; se vuelve a dar asco (o eso pretende sentir). Entra a la ducha, llena con un agua de extrema tranquilidad. Irrumpe la quietud. En la casa resuena el sonido chorreante del agua desbordada sobre el piso del baño. Hunde la cabeza y aguanta la respiración.
En su mente pasa lista: flores, florero, mesa, mantel, ventana, cortinas, otoño, sillas, sillones, cojines, luz, cerámica, cocina, aroma, sufrimiento, carta, adiós mundo cruel, desilución, sufrimiento, espera ¿qué?, ¿desilución o desilusión?, desilusión, sí, es desilusión, pero ¿qué escribiste? ¿desilución? mierda.
El piso estaba mojado, él estaba mojado. Con los complicados pasos que da para llegar al comedor, va dejando gotas, arruinando su trabajo de dos horas. Toma la carta, la humedece con sus dedos. Abre el sobre. El papel se arruina, la tinta se corre. Alguien mete la llave en la puerta. Alguien entra. Él bota la carta al suelo...
Pero sí, había escrito desilución.